2 - Autoridad - Responsabilidad
“La autoridad consiste en el derecho de mandar y en el poder de hacerse
obedecer."
“Se distingue en un jefe la autoridad legal inherente a la función
y la autoridad personal formada de inteligencia, de saber, de experiencia,
de valor moral, de aptitud, de servicios prestados, etc. En un buen
jefe la autoridad personal es el complemento indispensable de la autoridad
legal".
Henri Fayol
Es de sumo interés prestar atención a la importante
distinción conceptual que efectúa Fayol. Para él,
la autoridad es un derecho que la organización le otorga formalmente
a los supervisores y, a la vez, es un poder que si bien también
otorga la organización, está condicionado a la capacidad
de cada jefe en particular.
Es decir que se hace la distinción entre una autoridad legal
que otorga la organización y otro tipo de autoridad, la personal,
cuyo ejercicio queda en
manos del propio supervisor quien para ejercerla deberá poseer
ciertas condiciones personales que Fayol identifica en la definición
que antecede.
Los criterios generalmente aceptados actualmente por la doctrina,
hacen la distinción entre el líder formal que es quien
tiene la autoridad conferida por la organización y el líder
informal que es aquel que logra que sus compañeros lo apoyen
y lo sigan. La situación ideal –al igual de lo que estableciera
Fayol- es que el líder formal obtenga también la “autoridad"
informal, la cuál sólo puede serle conferida por el
La Responsabilidad
“Sin embargo, la responsabilidad es generalmente tan temida como
la autoridad es codiciada.”
Henri Fayol
Fayol realiza un preciso desarrollo del concepto de responsabilidad
y de su estrecha relación con el ejercicio de la autoridad:
“No se concibe la autoridad sin la responsabilidad, es decir, sin
una sanción -recompensa o penalidad- que acompaña al
ejercicio del poder. La responsabilidad es un corolario de la autoridad,
su consecuencia natural, su contrapeso indispensable. En cualquier
lugar donde se ejerza la autoridad, nace una responsabilidad. La necesidad
de sanción, que tiene su fuente en el sentimiento de justicia...
(se aplica) en beneficio del interés general, (dado que) es
menester alentar las acciones útiles e impedir las que no tienen
ese carácter"
Nótese la sutileza de que la sanción es utilizada por
Fayol en su acepción más amplia: es el corolario del
ejercicio de la autoridad y por lo tanto puede ser objeto de una penalidad
o de una recompensa (aunque luego en el desarrollo de este principio
se refiera específicamente al concepto de penalidad). Es que
éste principio está íntimamente ligado al principio
de Subordinación de los Intereses Particulares al Interés
General y lo que se persigue es que, en especial quienes tienen uso
de la autoridad (aunque esto también se haga extensivo a todo
el personal), la ejerzan en beneficio de la organización y
del bien general, evitando anteponer sus intereses personales por
encima del interés general.
“La sanción de los actos de autoridad forma parte de las condiciones
esenciales de una buena administración. En la práctica,
dicha sanción es generalmente difícil de aplicar, sobre
todo en las grandes empresas; es necesario establecer primero el grado
de responsabilidad y después la cuantía de la sanción.
Pues, si es relativamente fácil establecer la responsabilidad
de los actos de un obrero y la escala de sanciones correspondientes,
la tarea es más ardua con respecto a un capataz, y a medida
que se asciende en la línea jerárquica de las empresas,
que las operaciones son más complejas, que el número
de los agentes que intervienen es mayor, que el resultado final es
más lejano, es cada vez más difícil determinar
el grado de influencia del acto de autoridad inicial en el efecto
producido y establecer el grado de responsabilidad del jefe. La medida
de esta responsabilidad y su equivalencia material escapan a todo
cálculo. De ello se infiere que la sanción es una cuestión
de uso, convencional, y que el juez, al establecerla, debe tener en
cuenta el acto mismo, las circunstancias que lo rodean y la repercusión
que la sanción puede tener.”
Hemos mencionado la relación con el principio de subordinación
de los intereses. Pero, además, debe tenerse en cuenta que
el principio de autoridad guarda relación con los principios
de disciplina, centralización, jerarquía y equidad;
formando un todo armónico, que como ya hemos visto es tan característico
en Fayol. “La mejor garantía contra los abusos de autoridad
y las debilidades de un gran jefe es el valor personal y principalmente
su alto valor moral. Es sabido que ni la elección ni la propiedad
confieren este valor."